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  • Foto del escritorMaría Magdalena

Seamos como niños


Cuando llegamos a adultos muchas veces minimizamos el potencial de los niños, incluso pensamos que solo nosotros podemos enseñarles a ellos. Sin embargo, de la manera de ser de estos pequeños podemos aprender muchísimo. Más aún me atrevería asegurar que si fuéramos adultos con algunas actitudes de niños podríamos llegar muy lejos.


Como bien mencione muchas veces los pequeños son tratados como ignorantes seres humanos que no saben nada. Si bien esto puede tener algo de verdad, los niños no saben sobre complejidades, pero tienen una actitud innata digna de imitar. Veamos qué características de cuando éramos pequeños debemos arrastrar a la adultez.


Como los niños debemos ser:

Soñadores- Cuando somos pequeños nuestra imaginación no tiene límites. Vamos creciendo y llegamos al momento de preguntarnos ¿qué quiero ser cuando sea grande? Seguramente todos nos hicimos esa pregunta alguna vez. Y las respuestas a ella eran increíbles. Pensábamos en ser y tener muchas cosas, sin pensar los esfuerzos que debíamos hacer para lograrlo. Sin embargo, esa actividad de pensar en el futuro, lo que hoy le llaman visualización, debe permanecer con nosotros. Aun cuando somos adultos podemos soñar en grande creyendo que todo ello se hará realidad. Siempre podemos tener sueños y preguntarnos ¿qué quiero ser cuando sea grande?


Creativos- La creatividad es otra cualidad que habita en los niños y que debemos arrastrar hasta nuestra adultez. Los niños inventan de todo con lo que tienen enfrente. Los más pequeños se entretienen hasta con una caja imaginando que es un carro, una casa o cualquier otra cosa. De adultos podemos seguir inventando con lo que tenemos disponible, y no solo en el aspecto material, sino que podemos ser creativos en la manera de vivir nuestra vida en general. Actualmente con la era de la tecnología, las páginas web y espacios como este blog permiten que nuestra creatividad aumente y ampliemos nuestros horizontes.


Arriesgados- En esto los niños tienen un expertis. Ellos no miden los peligros y “se tiran de pecho” como dice el refrán. Van probando nuevas experiencias sin pensarlo mucho. Así debemos ser. Y no me refiero a que andemos por la vida haciendo todo a lo loco, pero en ocasiones tenemos que dejar de sobre pensar las cosas, pues esto da paso al miedo y el miedo a su vez a que dejemos de lado nuestras metas y objetivos.


Preguntones- ¿y por qué? Diría que esa es la primera frase que aprenden los pequeñitos y que muchas veces nos vuelve locos. Sin embargo, debemos ser como los niños en este aspecto, pues nunca son conformes con la respuesta, lo que les permite desarrollar el análisis y pensamiento. Me declaro culpable de que a veces solemos mandarlos a callar cuando están preguntando tanto, pero deberíamos permitirles preguntar libremente para que en la adultez sean personas pensantes y no unas que acepten todo lo que les rodea sin cuestionarse nada. De paso como adultos debemos permitirnos a nosotros mismos preguntar, aclarar dudas y recibir explicación las veces que sea necesario. Permitámonos recibir respuestas y tener la información necesaria para tomar decisiones pensadas y no porque otro dice o porque sí.


Alegres y sociables- Pocas veces vemos niños con mala cara o molestos. La mayoría del tiempo le vemos sonriendo a la primera gracia que le hacemos. De igual manera los niños gustan de compartir con otros y hacer amigos, aunque sea la primera vez que se ven. Eso debemos imitarlo. Debemos sonreír más, hablar más y establecer más relaciones saludables. No necesariamente tenemos que crear amistades de esas que están para todas partes con uno ni a la que le contamos todo, pero sí podemos ser más amables.


No rencorosos- Quien tenga niños alrededor sabe que se pelean entre ellos ahora y en lo que cambiamos la cara ya están jugando felices nuevamente. Eso es lo más admirable y lo que más deberíamos arrastrar hacia nuestra vida adulta. Por el contrario, cuando somos adultos podemos guardar rencor por meses o incluso dejar de hablarle a una persona que era muy cercana por el resto de la vida. Tristemente esto va disminuyendo nuestras relaciones con los demás y a su vez nos afecta, pues no somos totalmente felices si tenemos coraje o rencor en nuestro corazón. Ahora, cuando perdonamos y olvidamos, sentimos una sensación de paz que nos permite avanzar cada día.


Es increíble todo lo que debemos imitar y arrastrar a la adultez de ese momento en que fuimos niños. Debemos valorar más la capacidad de estos y la hermosura de esa etapa. Debemos poder crecer y adquirir todos los conocimientos necesarios para la vida sin dejar a un lado esas características tan esenciales que desde la inocencia nos dejan ver el lado más sano, feliz y relajado de nuestra existencia. ¿Qué actitudes, conductas o acciones conservas de tu niñez que te han ayudado en tu vida adulta? ¿Qué has aprendido del comportamiento de los niños? Quiero conocer tus respuestas.


Reflexiona en esta frase: “Los niños son el recurso más importante del mundo y la mejor esperanza para el futuro” – JF Kennedy


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Hasta leernos otra vez.


María Magdalena ♥

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