Lograr crecer en todas las áreas de la vida y convertirnos en nuestra mejor versión no es tarea fácil. Día a día tenemos que lidiar con diferentes situaciones, ya sea en el trabajo, con la familia, amigos y muchas veces con nosotros mismos. Situaciones que nos sacuden y que incluso retan nuestras capacidades. Sin embargo, me he dado cuenta de que hay una manera súper efectiva de mejorar en la vida, de ser y de actuar diferente y se trata de cambiar nuestra actitud porque nuestra actitud tiene todo que ver.
La actitud es la manera en cómo reaccionamos a los eventos de nuestro diario vivir. Es el comportamiento que asumimos en determinadas situaciones. Es un aspecto fundamental que tenemos que tomar en consideración cuando deseamos tener una vida mejor. Existen dos tipos de actitudes: la positiva y la negativa. Según la psicología, la actitud positiva es aquella que permite a un individuo afrontar una situación enfocado únicamente en lo beneficioso de la situación que atraviesa y, enfrentar la realidad de una forma sana, positiva y efectiva. Por el contrario, la actitud negativa no permite que el individuo vea ningún provecho de la situación que está viviendo y le lleva a experimentar sentimientos de frustración, así como, resultados desfavorables que no permiten el alcance de los objetivos trazados (https://www.significados.com/actitud/). Comúnmente los seres humanos estamos acostumbrados a tomar una actitud negativa ante los eventos de la vida, pero eso puede cambiar.
En la búsqueda de mi mejor versión, comencé a identificar mis emociones y mis reacciones habituales, es decir mi actitud. Siendo consciente de cómo actúo en determinadas situaciones y que en muchas ocasiones soy negativa decidí hacer un cambio. Decidí comenzar a ver y actuar de forma más positiva, buscando siempre lo bueno y el aprendizaje en todo. Dejando de tomarme las cosas personalmente y sabiendo que no todo es o será como me gustaría que fuese. Y aunque aún no me siento la persona más positiva del planeta, sé y he notado un cambio significativo. Me siento muchísimo más tranquila, mi carácter ha mejorado y obviamente mis relaciones con los demás son mejores. Ahora mis días los termino menos agotada física y mentalmente.
Para cambiar mi actitud me he rodeado de mensajes positivos y pensamientos que me permiten ver las cosas de una mejor forma. ¡Si vieran mi escritorio en el trabajo! Está lleno de mensajes motivacionales por todos lados. He contagiado a mis compañeros a compartir mensajes positivos diariamente. Escucho podcasts donde tratan temas de positivismo, autoestima y donde exponen historias de personas que pudieron lograr sus metas. Tengo mantras que me repito cada vez que identifico que mi actitud está cambiando de manera negativa. Mantras como: “Nada puede quitarme la paz”, “Esto es pasajero” y “Todo tiene un propósito”. Y trabajo con mis pensamientos de manera que no puedan llevarme a tomar una mala actitud. Practicar el “mindfulness” ha sido buenísimo para esto, pues me permite estar presente, sentir mis emociones, identificarlas y modificarlas al momento. Cambiar mi actitud conscientemente ha sido la mejor decisión que he tomado y será la clave para alcanzar todos mis sueños.
Cuando cambiamos la manera en que vemos y reaccionamos ante las cosas todo resulta más fácil. Estamos menos agitados y, por consiguiente, más felices. Yo lo he visto en mi diario vivir y te invito a trabajar en tu actitud. Tener una mala actitud es muy fácil porque es como solemos ser naturalmente, pero tener una buena actitud tiene mayores beneficios. Te invito a que esta semana practiques el tomar una actitud positiva durante todo tu día e identificar como eso produce cambios.
Reflexiona en esta frase: “La vida es más fácil de vivir cuando tienes una actitud positiva” –Jeymi Febles (Vivir en Armonía)
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María Magdalena ♥
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