He estado un poco callada por este espacio y no ha sido precisamente por falta de ideas. Por el contrario, si vieran todos los temas que tengo para compartirles, sin exagerar, da como para mitad de año. Pero, ha sido tanto lo que Dios me ha entregado en los últimos meses, de cantazo, es decir, todo a la vez, que mi mente se inundó de ideas. Con ello aumentaron mis niveles de ansiedad y a su vez mi deseo de cumplir con todo con altas expectativas y exigencias. Entonces, metida en todo eso, llegó el desánimo, que como si fuera poco se unió cada mes a los síntomas de la amada y tan deseada menstruación (esto es con mucho sarcasmo). Mi mente a mil por segundo, pero mi cuerpo sin querer responder. Literal me llegue a sentir como arrastrándome para cumplir con todo. Pero, de una u otra manera, aunque sin sentirme del todo satisfecha en algunas áreas, lo he logrado.
Los últimos meses del 2020 fueron, en buen puertorriqueño, fuego a la lata. Desde finales de agosto hasta diciembre logré comenzar un trabajo nuevo, trabajar en mis redes sociales para potenciarlas, tomar varios talleres, hacer un evento virtual, ofrecer y participar de estudios bíblicos de la organización Ebenezer Roca de Socorro, hacer mi primer taller online, colaborar en lives, crear un grupo en Facebook, trabajar en mi podcast- Fluyendo en Consciencia y comenzar a estructurar mi último proyecto, Oasis Emocional el cual es junto a Roberto Corsino un gran amigo quien es Neuroeducador y Master Trainer de Redescubre tu Ser. Todo esto, una cosa tras otras, tras otra, tras otra. Y eso no es todo, el 2021 arranqué enero en un patín con el lanzamiento del podcast y liderando un reto de 30 días para crear nuevos hábitos y rutinas bajo la metodología de Mañanas Milagrosas con la participación de 16 mujeres maravillosas. Ah, sin olvidar mi vida espiritual, personal, familiar y matrimonial. ¡Toda una aventura!
No puedo quejarme, porque a pesar del cansancio y de los bloqueos mentales que han venido, no me ha ido mal. Por el contrario, estoy demasiado feliz y agradecida por todo lo que Dios ha permitido que ocurra en mi vida y con todo lo que he logrado en este tiempo. Ha sido lo que soñé y hasta más. Estoy haciendo parte de lo que siempre he querido, porque sé que todavía falta más por trabajar y lograr, y aunque he llegado a sentir que la vida no me alcanza y el tiempo se queda corto confío en que Dios me dará la fuerza, sabiduría y me ayudará a tomar las acciones necesarias. De momento pienso que no sé organizarme, planificar ni estructurar nada. Luego, vuelvo, tomo impulso, arranco, acelero y vuelven a bajan las revoluciones. Y así he estado. Sin embargo, creo que marzo es un buen momento para regresar por aquí. Marzo es y siempre será un mes especial para mí porque justo un 21 de marzo en el año 2018 nació mi blog y todo este proyecto. Que la verdad ha cambiado un poco y sigue creciendo.
Y por si esto te ha estado sucediendo a ti, te voy a compartir 3 acciones que han sido claves y me han ayudado a no quitarme:
1. Conocer el propósito de Dios para mi vida- sé que tengo una tarea que Dios a designado para mí y trabajo para vivir desde ella. Mi propósito es ayudar a otros a reconocer su propósito y posibilidades y acompañarles a encontrar los recursos para lograrlo.
2. Encontrar personas para acompañarme en el camino- Tengo dos intercesoras de Dios, una mentora, varias amigas, seguidoras, un grupo de amigas de la fe, mi familia y mi esposo que me ayudan a recordar mi propósito a diario, orar y a recobrar mi ánimo. ¡Gracias por eso!
3. Reconocer los límites- de vez en cuando hay que dar paso al descanso, a la desconexión y bajar la intensidad a las exigencias. No porque no se pueda cumplir con todo sino porque somos humanas y el cuerpo necesita descansar y recargar.
Así que aprovechando el nuevo impulso, por aquí vamos. Descansamos, recargamos, organizamos, pero retomamos. No podemos quitarnos, tenemos un propósito que cumplir.
Reflexiona en esta frase: Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo. Julio Cortázar
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Hasta leernos otra vez.
María Magdalena ♥
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