“La práctica hace al maestro”. ¿Les suena familiar? Claro, es un refrán muy popular. He crecido escuchando esto. No sé si al igual que a mí, tus padres en algún momento te dijeron esto en medio de un arranque de frustración cuando no lograbas algo. Esta publicación va de lo que pienso sobre esta popular frase.
Quienes me leen y me siguen en mis redes sociales conocen que llevo algún tiempo practicando el estar consciente y alerta a cada suceso que ocurre en mi vida para encontrar la enseñanza que trae. Este ejercicio me ha ayudado mucho a crecer y apreciar cada oportunidad y todo aprendizaje. Además, me ha permitido reafirmar el hecho de que todo tiene un propósito en nuestra vida.
En este estar presente, me encontraba peinándome, haciéndome una trenza que nunca me había hecho, y me inspiré en esta publicación. Vino a mi mente que muchas veces le tenemos miedo al fracaso, a no alcanzar lo que queremos o a fallar en aquello que deseamos lograr. Sin embargo, ninguno de los inventos y tecnologías que hoy por hoy conocemos surgieron al primer intento. Es más, ninguna de las actividades que ahora dominamos como caminar, hablar, escribir, cocinar, guiar, entre muchas otras que pudiera seguir mencionando las logramos de la primera vez que lo hicimos. Hubo varios intentos antes de dominar todas estas actividades. Por lo tanto, es la práctica, el intentar, fallar y volverlo a hacer lo que nos lleva a dominar eso que queremos.
Un ejemplo bien marcado de que la práctica te hace maestro o más bien te permite llegar a los resultados que deseas, es el invento de la bombilla. La bombilla fue mejorada y patentizada por Thomas Alva Edison. Podríamos pensar que se dio en un solo intento, pero no fue así. La práctica continua y la utilización de diversas estrategias fue la que permitió a Edison lograr el resultado de la bombilla que conocemos hoy. Pero, preciso es resaltar que aún se siguen haciendo mejoras, por ejemplo nuevas tecnologías como las bombillas led. Leyendo la historia encontré este fragmento que demuestra lo que pensaba Edison de los tantos intentos que realizó antes de quedar satisfecho: “De todos modos, si Edison tenía alguna cualidad era la de insistir. Dicen que un empleado suyo le preguntó si no se desanimaba con tantos fracasos, y él respondió que aquello no eran fracasos: “Ahora ya conozco más de mil maneras de cómo no hacer una bombilla”.
¡Que lección tan profunda! No debemos pensar que cuando algo no sale como esperamos es un fracaso. Por el contrario, debemos tomarlo como una enseñanza de que de esa manera no es la mejor e impulsarnos a descubrir la que sí lo es. ¿Cuántos podremos ver nuestros desaciertos de la manera que lo hizo Edison? Cambiemos esa costumbre nuestra de ver los intentos como fracasos. Miremos los procesos de práctica como esenciales para perfeccionar habilidades, destrezas y conseguir resultados más acertados. Continúa practicando y conviértete en maestro de aquello que deseas. Cuando obtengas los resultados no te conformes, pues al igual que con las tecnologías siempre se puede seguir mejorando.
Espero que les haya gustado esta pequeña reflexión. ¿Qué piensas de este tema? ¿Tienes alguna experiencia que puedas compartir?
Reflexiona en esta frase: “Todo experto alguna vez fue principiante” -Autor desconocido
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Hasta leernos otra vez.
María Magdalena ♥
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